27.6.06

locura

Si tomamos de un lado la cordura y de otro la locura descubriremos que una pesa más, que es más apetecible porque siempre es imprevisible y resulta menos aburrida, no es lineal, no es banal; es irreverente y en verdad es muy atractiva.

25.6.06

Hoy imaginé que sus manos me cogían de la cintura y me acercaban, que sus labios me miraban y sus ojos me besaban: esta noche imaginé que ella me acompañaba.

23.6.06

pregunta

Te escucho sintiendo esa especial delicadeza que tienes al hablar y me pregunto si te quiero.

22.6.06

manual


Aquel día un joven y reciente amor dejó su manual de uso en una estantería. Se levantó pronto y tras desayunar había consultado solamente el primer capítulo, de cómo llegar a tener éxito y no fracasar en su intento, y los demás los había ojeado en el índice pensando en leerlos más adelante porque no había prisa: algo que había leído en el primer capítulo, y tenía que aplicarlo. Ya sabía de su creciente poder porque en esas páginas le describían al dedillo la cantidad de sentimientos que le envolverían por completo y que se harían notar en el interior y exterior de las personas. Salió a dar una vuelta a ver qué pasaba. Su primera toma de contacto con personas enamoradas resultó ser una experiencia inolvidable, así como la segunda, la tercera y sucesivas en las que se entretuvo toda la mañana de aquel día. Sonriente, extremadamente sensible y con los nervios típicos de haber hecho una hazaña prodigiosa, regresó a su morada feliz por haber sabido hacer el bien a tantos. Mientras descansaba loco de contento le entraron ganas de saber más, de ver hasta dónde podía llegar, de conocer todos los misterios y secretos, en fin, se vio absorto en una inquietante sed de conocimientos que debía saciar para sentirse mejor, y todo ello lo encontraría en su manual. Corrió hacia su estantería dando grandes y seguros pasos hasta llegar a ella, cuando de repente un escalofrío retumbó por su cuerpo: descubrió que se lo habían robado. Y jamás pudo llegar a leer el último capítulo sobre cómo cuidar un amor.

take away my pain


Destierra mi dolor.
Deja el frío ahí fuera donde no nos moleste.
No dejes que nos llueva.
No tropieces con mi orgullo.
Destierra mi dolor.
Ya no me asusta nada.
Quédate conmigo esta noche.
Estoy cansado de esta lucha.
Pronto estaré llamando a tu puerta.

Abres los ojos ante un sol idílico, respiras un aire cargado de humedad y sensibilidad que te refresca por las noches y te sofoca durante los días, maquillas tu cuerpo de un color oscuro poco a poco y enmascaras tu mente con una satisfacción personal, desenredas tu precioso pelo adicto a la sal de su mar y rememoras lo bueno de un amor y lo irreal de otro sin poder controlar que mientras ambos se mezclan en tus costumbres echas de menos a los dos.

21.6.06

traición


Una vez la traición fue llamada ante la razón para que dictara sentencia. Se le culpaba de haber contado con el rencor y los celos, sus cómplices en aquella ocasión, para cometer una de sus fechorías típicas. La acusación particular la constituia el amor, quien en legítima defensa alegaba haber sido traicionado por un superficial subconsciente ardiente de delito, queriéndose referir al deseo, el cual se defendía en el juicio como podía. La razón tan moderadora como siempre arbitró una serie de ponencias por parte de uno y otro bando, incluyendo a los testigos. La traición indicó que no pretendía hacer daño a nadie porque le pareció que todas las partes estaban contentas y felices con lo que sucedía, algo que corroboró la pasión como principal testigo. El amor alegaba que el deseo le había sido infiel y que había hecho un pacto con la traición para desterrarle del mundo para siempre, y presentaba a su principal aliada que atestiguaba sus palabras, que no era otra que la decepción. Para emitir su juicio la razón tuvo que enfrentarse a un terrible dilema: aun sin ser razonable lo que preveía sentenciar, en aquel momento le pareció lo más justo. Aunque todos llevaban parte de verdad en lo que decían, lo que menos le gustó fue que apareciera por allí el rencor. El amor se fue llorando a su casa y la traición fue absuelta así como sus cómplices, y el deseo se fue sonriente de la mano de la pasión.

19.6.06

ave




Desde siempre me he sentido un bicho raro. Nunca me gustó hacer lo que los demás, ni ir donde los demás ni llevar lo que los demás. Puede que sea un ave que vuela quizá a contracorriente, qué sé yo, lo que veo es que los demás las más de las veces llevan una ruta distinta a la mía. Me encanta pasar desapercibido casi siempre pero hay momentos en los que lo evito, tal vez para mostrar mis rarezas o tal vez para mostrarme tal y como soy. Me gusta acariciar el aire como una mariposa cuando bate sus alas enérgicamente y flota con delicada suavidad, me gusta respirar el olor de mi saliva en la piel de mi mano, me gusta mirar a los ojos a alguien que se lo merece, me gusta pensar, me gusta escribir, me gusta volar, volar por encima de todas esas nubes a veces sin perderlas de vista, y si es contigo mejor.

ida y regreso


En un solo suspiro llego adonde quiero. Me concentro, respiro profundamente y emprendo la marcha. Miles de pensamientos se me avienen por la mente, me poseen, me posees. Miles de sentimientos me envuelven entre luces de colores. Hasta que atravieso la estratosfera y corro raudo hacia mi planeta, rodeado de un baño de luces. Y llego. De allí cojo un puñado de tierra que transformo en un halo de vida. Contemplo una escena familiar y retomo el viaje para regresar por el mismo camino que hice. La velocidad aumenta, se me acaba el oxígeno y me obliga a dejar de disfrutar del increíble trayecto. Y sin apenas esfuerzos por querer llegar, retorno a un lugar privilegiado como siempre. Hoy retorno a acallar el Vesubio, y hoy más que nunca me habría gustado hacerlo contigo.

18.6.06

fetiche


Todo el mundo tiene fetiches y a quien no le da por una cosa le da por otra. Y hoy he averiguado que yo tengo uno: al bajar en Alonso Martínez hacia el andén de la línea 10 con dirección Puerta del Sur por el lado prohibido, te encuentras con una escalera de mecanismo automático a la derecha, que siempre tiene peldaños que suben, y una más grande, a la izquierda restante, con la que te tienes que pelear para bajar y que tiene dos tramos de diferentes alturas respecto de la otra escalera. Pues bien, si bajas esa escalera en su primer tramo bien cerca de la derecha podrás ver reflejado en el cristal de la otra escalera tu calzado mientras bajas: a mí me encanta ver cómo se deslizan mis zapatillas en ese primer tramo de escalera.

15.6.06

escape


Casi siempre nuestra forma de volar supone un escape: le hacemos un quiebro a todo cuanto se nos presenta por delante y nos vamos sin caer en la cuenta de que ese trayecto que comenzamos desembocará en otro lugar del cual tengamos que volver a escaparnos. Por eso le aconsejé a una amiga mía que jamás se fíe de un tío que quiere estar con ella mientras tiene a otra ya agarrada: "si la deja por ti, tarde o temprano acabará haciéndote lo mismo".

astenia

La luz del despuntar del sol comienza a cegarme mientras me dirijo a su montaña, en la lejana lejanía del horizonte. Intento volar más bajo pero me pesan más las alas porque calienta más y más y me voy debilitando hasta el punto de caer. Busco un lugar donde permanecer oculto hasta la próxima puesta de sol.

14.6.06

mareas


Enmarañado, oculto entre las mareas de agua efervescente y salada, contemplo un cielo vestido de azul. Unas nubes sin fin me adelantan, llevan prisa, corren sin ser capaces de advertir mi presencia. Y yo, lejos de sentirme amilanado por la lentitud de mis movimientos, soy consciente de que algún día llegaré, mas sin ser visto.

13.6.06

técnica


Y digo yo que en alguna de tantas veces en las que se unieron tuvieron que dar su fruto. Hay muchas veces que es difícil concebir un bebé. El procedimiento es fácil pero el resultado depende de muchos factores y siempre se escapa de nuestras manos. Es lo que de común les pasaba a la fuerza y a la inteligencia: que al unirse disfrutaban al unísono de un sentimiento de potencia y bienestar inmune a cualquier otro poder. Y cada vez que se unían pues brotaban chispas y conseguían su fin siempre porque eran infalibles. Pues bien, en una de tantas lo conseguieron y tuvieron una flamante hija: la técnica.

11.6.06

mar

Su mirada desnuda mis pensamientos y acaricia mis sentimientos. Me trae y me lleva por un mar desierto, sin nada ni nadie, precioso.

muralla


La vida está llena de altibajos, y más altos que bajos, de momentos buenos y malos, más buenos que malos, de costumbres, novedades, sonrisas y lágrimas, más sonrisas que lágrimas, de acercamientos y distancias, más acercamientos que distancias, en fin, de miles de cosas que ver y sentir. El truco para saber aprovechar todo lo expuesto antes, en definitiva viene a ser disfrutar más en la vida, consiste en saber sacar el máximo partido a cada momento vivido siempre y cuando sea bueno, claro. Y todo se puede llevar a cualquier plano de la vida, a cualquier persona, a cualquier hora y en cualquier lugar. Y conseguirlo simpre va a suponer que construyamos nuestra propia muralla de felicidad para resguardarnos dentro de ella de los peligros que nos acechan ahí fuera, y una vez construida habrá que mantenerla, algo más difícil aún pero muy posible; todo, como decía antes, radica en nuestro tacto y capacidad de encajar piezas a modo de ladrillos con los que sujetar nuestra felicidad.

10.6.06

revitalizarse

Siempre hay una vida que pide a gritos revitalizarse. Esto no es nada más que cambiar su forma, su piel, su hábito, su rutina, su gesto. Nada más lejos hacen las plantas, que luchan por acercarse adonde dé más el sol. Nada más lejos hacen los animales al igual que las personas, que pelean como chiquillos por naderías banales. Y todo es para conseguir un fin: una distracción hacia un tiempo que pasa inexorable por entre sus mejillas y pule aquellos rasgos que no desean tener. Y tarde o temprano se pulen, porque el hecho de llegar a entender ciertos comportamientos supone y es el producto de haber vivido. Y tras haberlo vivido hay que revitalizarlo.

8.6.06

¿puedes sentirlo?


En algún lugar suena un violín que produce música, la misma que de forma dulce se asemeja a los sonidos opacos que transmiten los movimientos de sus labios. Ahora mismo no los oigo pero los siento. Y sentir esa melodía me hace entrar en un trance de aire, lo siento a uno y otro lado de mi mirada, su aire me está llenando, me cura y me da vida. Es tiempo de sentir, siempre lo es.

7.6.06

amor audible


Se percibe en el ambiente y se hace poco a poco audible en el interior de tu alma: es su voz. De un color exquisito como uno de esos únicos manjares que te encontrarás en esta vida, comienza a rodearte y una vez que te ha descubierto por entero te vapulea. Entras en un estado de calma aparente pero de nervios interiores y además corrosivos. Experimentas sensaciones muy buenas, son ondas que te aportan bienestar, relax y salud, y sobre todo satisfacción. Y en ese momento, cuando ya notas que todos los pelos de tu cuerpo se han erizado, cuando tienes la piel a flor de piel y cuando se te dibuja una sonrisa humedecida por ti mismo y ansiosa de que no seas tú quien lo haga, ahí habrás caído en sus redes, esas redes de voz aterciopelada y comedida, y te habrás enamorado. Y cómo no enamorarse si es una maravilla.

6.6.06

verdad y mentira

Una vez, no muy lejos de aquí, surgió una controversia muy grande entre dos amigas. Ambas eran muy muy tozudas, pero mucho, a más no poder, pero muy civilizadas, nada de tirarse de los pelos, y así muy amigas y muy leales. Tanto que una no podía vivir sin la otra, es curioso, aun siendo antagónicas estaban unidas porque aunque no estuvieran juntas siempre la una tenía presente a la otra. Aquel día del que hablaba antes de irme por las ramas decidieron echar un pulso; sí sí, así, a brazo partido por fuerza. Pensaron en que sería conveniente de una vez por todas saber quién sería la más fuerte. Pues bien, aquel pulso todavía no ha tenido fin.

5.6.06

scheat


Scheat es una gigante roja que habita a unos 200 años luz de nosotros y que viene a ser unas 145 veces más grande que el sol. Hay muchas veces que me he preguntado si es real, bueno, a decir verdad no sólo ella, y me he respondido a mí mismo que no. Tengo planeado un viaje hasta aquel sitio y hasta que no pueda realizarlo seguiré mirando hacia arriba asombrándome de cómo será estando allí, seguiré preguntándome si tiene vida propia o no, seguiré mi camino observando la magnitud con la que me mira y algún día la podré mirar yo de la misma forma.

3.6.06

ilusión

Siempre reside en nuestro interior, siempre nos pregunta por qué esto y por qué lo otro, y lo peor de todo es que casi nunca obtenemos respuestas coherentes porque la razón nos aconseja algo y el deseo otra cosa inevitablemente muy distinta. Y aunque la controversia esté servida y nos produzca dudas las más de las veces, en verdad la ilusión muchas de ellas las vence.

2.6.06

drive


Y vuelve a renacer la pasión, aquella que es merecedora de mis ánimos y de mis fuerzas, y con gran precisión conecto ese drive paralelo que me hace ganar el punto, el set y el partido.

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