24.2.05

Raquelita

Hoy renace el sol. No es de extrañar que esa mujer cantara. En un autobús, con una voz privilegiada, unos toques orientales de música relajante para el cuerpo. Y no es de extrañar. Hoy, secando nieve y penas, el sol vuelve a salir para brindar vida en posteriores días, para llegar al corazón de quienes más lo necesitan. Y hay una enviada de las estrellas hacia un hospital de Madrid donde hay una niña muriéndose. Para curarla.

No puede ser casualidad que de tanta concentración renazca vida. Raquel es una niña de cuatro años diagnosticada de varios tumores entre los que cabe destacar el cerebral y el pulmonar. Ha sido ya muchas veces operada y parece que los pronósticos médicos no son buenos, algo que su madre no asimila. Me hubiese gustado ver ayer sus ojos al despuntar esas pestañitas el día nevado tras los cristales del hospital. Esos ojos llenos de vitalidad y energía, de ganas de vivir. Hoy sale el sol para ti, hoy más que nunca, para mandarte luz y vida a través de unas estrellas de magia que te van a dar vida, una vida plena. Ese es tu camino. Y sin saberlo, estarás mejor. No es de extrañar que haga este tiempo, no es de extrañar que Raquel sea una niña mágica, una niña a quien otra niña va a entregar unas estrellas. Y no todo el mundo tiene una estrella al alcance de su mano. Tú tendrás dieciocho nada más y nada menos, más que suficientes para mejorar y que vuelvas pronto a tu colegio a jugar con tus amigos, más que suficientes para que vivas, para que sonrías, para que seas especial.

Nada ha sido casualidad. Desde el anuncio de la música por el aire que nadie entendía sobre la rutina diaria del trabajo y de lo cotidiano hasta la nieve y el renacer de la vida, de la luz. Y no es de extrañar que hubiera sido anteayer cuando hubiera empezado a pensar contigo qué te pasa. Y que hoy, al fin y con todo preparado, tengas a tu enviada para entregarte las estrellas, nadie mejor que ella podría hacerlo, nadie mejor que ella podría hacer algo así. Porque ella es mágica y te está haciendo mágica a ti en este preciso momento.
Suerte Raquelita.

19.2.05

Allí donde nace tu sonrisa existe un tesoro. Algo parecido a una nube blanca sobre fondo azul que concluye en una línea tan delgada a mi vista que apenas la aprecio. Y al final de esa línea, tú.

8.2.05

oído

Suave. A pecho frío. Todas las sesiones solían ser las mismas. El calor resbala por su cuerpo, su estancia, las bimembraciones me tienen loco, enfermo tal vez, y otra más. El aire llega frío, se entromete por entre la nada por unos conductos en los que se expande y todo deviene en el sonido porque se hace audible, claro. Y ese sonido que penetra por unos oídos ya romos se torna fuerte, cada vez más fuerte a los carcomidos flancos de los caminos de mi audición. De un lado el hastío y de otro, ahí te quiero ver con una débil sonrisa pero convincente, ya ves, de otro el amor.

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