6.10.06

dar


En una fiesta de luces. Cuando hay una que se quiere ir, es detenida por la anfitriona, enferma. No te vayas. No tengo nada que hacer. Te equivocas: tú me haces dar luz. Se quedó.

Comments:
Algo tienen tus palabras que han tocado un tocito de mi.

A veces necesitamos que alguien esté a nuestro lado para poder brillar con más fuerza, pero no tenemos que olvidar que la luz solo sale de nuestro interior.

Besos niño, me alegro de volver a leerte.
 
Aunque tardes mucho en dar luz, se que esa luz que irradias es tan fuerte que hace que todo se vea con mejor claridad, siempre he dicho que para poder brillar debe de haber un motivo y encontrarlo a tiempo es un gran acierto, si no lo encontramos en el momento, busquemoslo... un placer volver a leerte :)
 
Unas estrellas se movían a una velocidad de vértigo en dirección a mi cuerpo hecho fuego, y la luna por encima de mi cabeza hacían presagiar la buena nueva: un nuevo conjuro le había dado de beber en la boca. Pero resultó que no fue tan cierto, poco a poco se hizo el alba, mi lobo reía, el silencio se apoderó del lugar y la luna se quedó dormida, se desvanecieron sin quedar ni rastro del escritor ¡y el ángel! ¿dónde está? fatal resultaba la palabra amor, aniquila a los que ama, pero les ama... es el castigo de ser la Princesa de las Sombras... estaba escrito en mis manos...

Se abrió un camino a la siniestra en mitad de un cielo encantado, que hubiese jurado haberlo visto antes en una de mis pesadillas de niñita Princesa, parecía descendente, muy descendente conforme caminaba por él y tenía miedo...

-Estos son tus terrenos, te mostraré el camino Ligeia, ¡quiero que cuando crezcas seas una Princesa Mala!-...
Me decía Poe antes de quedar dormida al alba...
Algenib comenzaba a escribir una historia y un ángel le seguía las huellas...

¡La luna se ha completado!...
 
Había leído a Ligeia y en el salía Raphaela, Algenib y Ninómade...
Sin percatarme que ambos existían.
Te felicito Algenib gran talento, pensé que eras un invento de un ángel caído o una princesa de las sombras... ya veo que no.
 
PRINCESAS DEL DÍA Y DE LA NOCHE:
Mientras volaba por el descendente camino que la musa de la noche Ligeia me hubo mostrado en busca del príncipe de los muertos Mordad me apercibí de algo muy importante: ¿dónde estaría su hermana? Mis divagaciones sobresalían sobre si estaría lamentándose en el monte Athos por las paranoias de Cassiel, o tal vez se dejaría ver por el reino de los cielos en pos de una pregunta crucial dirigida a su padre, o si quizá hubiese preferido seguir el camino de su eterna hermana o el mío. Sé que un día despertó llorando y quiso revelarse contra dios, tenía la inventiva, el don de las letras de Aída, pero el dolor se atravesó en su saliva, y yo dormía... Y no pudo hacer nada por nosotros mismos... ¡Raphaela! ¡Los laberintos de Alcatena y Mazzitelli están escritos con sangre ¡pero de enemigos! Discutiendo para mis adentros no pude llegar a ninguna conclusión, pero más tarde supe y llegué a comprender que no sólo yo las necesitaba para cumplir mi misión sino que ellas también me podrían necesitar a mí para tener ese por qué que todos llevamos en nuestro haber, en nuestras vidas. Llegué a pensar que durante mi entrevista con la dama de Poe ese ángel insurrecto observaría el plan para aprovecharse de mis actos, ¡y al mismo tiempo me la imaginaba llorando sin vuelta atrás con sus alas rasgadas por un amor perdido! Al fin y al cabo no andaba muy equivocado, y aguardé presto para que ocurriera cualquier reto inesperado. Cruzando el camino abierto por el denso bosque y a mucho de despedirme de mi reina apócrifa me sobrevoló una gran sombra negra y alada que descendió como un rayo para situarse en mi posición, me golpeó fuerte y rápidamente proyectándome a gran distancia. Dolor... Me incorporé como pude para descubir a un ángel caído que no conocía.

-Vuelve por donde viniste, este camino no te llevará a ningún sitio más que a una muerte segura. Y tal vez el camino de regreso también.
-No. Seguiré este camino, tengo que hacer algo. Déjame pasar -contesté-.
-¿Qué? ¿Cómo osas desobedecerme? ¿Sabes a quién le pertenece este camino? No tienes ni idea de lo que es la vida ni la muerte, y por lo tanto mereces morir.

Una vez y otra más me golpeó esa negra efigie hasta dejarme casi inconsciente, mi fuerza estaba en mi interior y no en mi exterior ¡no podía usarla! Casi fui víctima del golpe de gracia ya ejecutado por mi contrincante, de no haber sido detenido por el filo de una brillante espada que invadió a una increíble velocidad mi espacio y el de mi enemigo. Aquel filo tenía un movimiento grandioso y con la marca de exquisitez de ella. Me rozó y antes de haber detenido su movimiento ya había rodado por el suelo una cabeza, la de mi enemigo. Luego, aquel cuerpo alado se desplomó como un árbol cortado golpeando el suelo. Con una delicadez extrema enfundó su espada y, tras mirarme fíjamente a los ojos unos diez segundos que parecieron una eternidad, sin mediar palabra pero expresando un sinfín de pensamientos mentales, tal y como llegó se fue. Todo nos dijimos con una mirada...

...Sí, dulce Ligeia, sí, mi pluma fue tuya, el escribano sucumbió, y la estrella también. Vi tu rostro gracias a tu hechizo ¡fue un conjuro de amor! ¿Recuerdas? ¡Fue para enamorarme! Primero de tu hermana y luego de ti. Y te pertenezco, ya te pertenecía desde que me poseíste y ahora más por deberte la vida. No preguntes al oráculo cíclope quién soy... ya te lo diré yo. Mis letras vacían las mentes hostiles y llenan los deseos de belleza, los escribanos poseen esos poderes que tú ya conoces, equivalen a tus cuervos de oficio. Amor, la palabra soñada por los ángeles. Fatal resultaba la palabra amor, aniquila a los que ama, pero les ama... En el fondo todo es amor, la vida es amor. El cautiverio de tu medallón hebreo rebosa amor. Fuera ese aljibe, al diablo con él. Ríe como hiciste cuando te conocí. Tus labios siempre serán coloreados por las ninfas de la misericordia. Tu belleza siempre será extrema. Gracias por no ser una princesa mala, tú eres una princesa buena...

La reina de las sombras me había acabado de cautivar ¡me había defendido y había matado a uno de los caídos! Emprendí mi camino de nuevo sintiéndome más vital, más fuerte, estaba casi seguro de que otro conjuro estaba surtiendo efecto: la gran hechicera me estaba controlando a su manera para conseguir algo, ¡pero no sabía qué quería de mí! Al principio fue mi enemiga y siempre pensé que no lo volvería a ser jamás, pero la sombra de la duda acechará por siempre con un ser tan misterioso. Entre razonamientos llegué adonde el bosque concluía, el cielo desaparecía y habría que atravesar una puerta. No tardó en salir a recibirme una enorme bestia de varias cabezas con apariencia de perro, sigiloso, me habló:

-¿Quién eres y qué has venido a hacer aquí?
-Soy Algenib, no me conoces, no soy de aquí. He venido por Mordad.
-Pasa Algenib, te estaba esperando. Era verdad eso que alguien me dijo sobre ti, tu enorme aura proyecta paz y tranquilidad. Sigue tu camino y mantén tu suerte.

Un tímido y desconfiado agradecimiento concluyó mi encuentro con ese ser. ¡Me conocían! ¿Quién habló sobre mí? No había tiempo para conjeturas, todos mis sentidos estaban interpuestos hacia un destino, había recuperado mi fuerza, me abrumaba, deseaba soltarla cuanto antes. A cada paso ejércitos enteros de seres etéreos desfilaban murmurando entre ellos algo sobre mí, ninguno se acercaba pero todos me miraban, sorprendidos, ensimismados, apurados al verme. La oscuridad se iba haciendo más y más potente, la luz decaía hasta el punto de una noche contigua, un encierro desesperado de trabajos forzados que los condenados en el infierno tenían que pagar con su fuerza mientras sus pupilas yacían deshechas por no ver nunca luz alguna. Todo un largo camino visualizando almas castigadas por las sombras, un territorio extensísimo donde reinaba la oscuridad hasta el punto en el que para continuar debía utilizar mi propia energía para iluminar el camino, descendiendo, profundizando en la sima de su morada, para poder llegar hasta uno de los príncipes de las tinieblas tal y como predijo el anciano Percibal. Caminando y caminando con una abrumadora soledad, ya lejos de las almas sin ser, en plena oscuridad me asaltaron tres ángeles ¡blancos! En verdad estaban teñidos ya de un rojizo sangriento ¡estaban devorando a unos humanos ya muertos! Se sorprendieron al ver mi luz ¡No tiene alas! -dijeron asombrándose-. ¡Es un dios! No... Mi fuerza se hizo extensible. ¿Qué hacen unos ángeles en los infiernos cuando deben permanecer lejos de ellos? Mi saber se saturaba mientras mi violencia crecía y crecía a un paso demasiado grande como para frenarme. Las injusticias deberían ser salvadas con creces con justicia, mi luz creció, creció y les envolvió. Sus gestos expresaban muerte y desesperación, sus movimientos queraron anulados ¡les había paralizado y atravesado con tres haces de luz! Mientras acababan de ahogarse y morir por el efecto del calor en sus vísceras aún tuve tiempo para gritar al vacío para que me escucharan ¡este es el precio de la mentira! Y al poco de allí me sobrevino el príncipe que había venido a buscar. Mis palabras se habían escuchado en todo el territorio, ya no había vuelta atrás, había llegado el momento de culminar de una vez lo que comencé, una de mis misiones en este planeta, la muerte del príncipe de los infiernos Mordad. Aquel ser grandioso transpiraba una luz azul descomunal tras su negra vestimenta. De un tamaño enorme, como tres veces el de un humano, se acercó con gran lentitud y con una reverencia me saludó.

-Bienvenido al reino de los muertos, Algenib. Has podido llegar hasta aquí gracias a la traición, aquella que convive con dioses, ángeles y mortales, aquella que hasta tú has conseguido apreciar. Ahora ya conoces mis reinos, realmente más abajo no hay nada, te habría esperado en mi trono pero sabía que mis huestes ya te temen demasiado y te dejarían pasar. Hay millones de seres ahí detrás de tu luz que te siguen y desean devorarte, pero yo les castigaré por tener miedo. El miedo casi siempre es algo adquirido pero no es su caso porque sus miedos están fundados en el poder, ese poder que tienes tú y que no tienen ellos. Al sentirse inferiores te temen, precisamente lo que te va a ocurrir a ti dentro de poco. Eres fuerte y poderoso pero no sabes controlar tu fuerza, conozco tu historia, ya ha habido alguien que me la ha contado. Y realmente se respira nobleza a tu lado. Vuelve por donde viniste y acude a los cielos para proseguir tu camino, y si quieres morir, regresa aquí porque te estaré esperando. Hoy no tienes nada que hacer aquí.

Sin saber qué contestar agaché la cabeza mientras se alejaba dejándose caer a las profundidades por un agujero negro sin fin en medio del camino en espiral que lo bordeaba. Mi luz se apagaba, las voces de seres comenzaban a hacerse más y más cercanas. ¡No! Me lancé al agujero sin pensar. ¡Había algo que tenía que hacer! ¡Todo tenía su por qué! ¡Mordad! Caí frente a la ya enorme luz que me miraba fíjamente.

-¿Por qué vuelves? ¡Ve a los cielos! ¡Vete de aquí!
-He venido a hacer justicia cueste lo que cueste. No mereces vivir.
-Tú no eres nadie, no me hagas reír. ¿Sabes tú lo que es un dios? ¿Sabes tú lo que es poder realmente? Atácame y lo comprobarás.

Mientras acababa de pronunciar sus palabras la velocidad de la luz se hizo conmigo, un halo de luz amarilla atravesó su pecho, quedando atónito. Lejos de sucumbir ante ese ataque de gran calor, su luz creció y sus manos se unieron para crear fuego ¡qué increíble magia! Una gran bola de fuego salió de sus manos para alcanzarme. Presa de su poder, en el suelo, observé como desenfundaba una enorme espada que de un salto dirigió hacia mi cuerpo. Vencido, cerré los ojos escuchando un fortísimo choque de aceros. Abrí los ojos y mi sorpresa fue suprema, a mi lado izquierdo permanecía temblando por la fuerza el cuerpo de mi reina de la noche Ligeia, y a mi lado derecho la espada forjada por los dioses de Taotoken extendida delante del cuerpo de mi reina del día Raphaela, temblando al contener la fuerza de Mordad. Me incorporé rápidamente, los aceros cayeron al suelo y el rey de los infiernos dio unos pasos hacia atrás. Juntas habían conseguido detener su ataque.
 
Fatídico resultaba en mis alas ¡un te quiero! ¡no te amo!...
¡Sed! tenía sed de las agua de un aljibe...
¡Creo que estoy de suerte!... Mis divagaciones sobresalían sobre mí lamentándose en el monte Athos por las paranoias de Cassiel, o tal vez se dejaría ver por el reino de los cielos en pos de una pregunta crucial dirigida a mi padre, o si quizá hubiese preferido seguir el camino de mi hermana buena o el mío.
Fué entonces donde me hice asidua de las inventivas de Algenib... Tenía un Castillo indiferente, un pincel de viento, un amor intenso y sobretodo vértebras, demasiado mortal. Mientras yo reclutaba demonios en su contra, él cuidaba de los ángeles.
Una vez que ejecutaba mi obra “dar vida a los espantapájaros” sentí el sabor a la blasfemia y era exquisito, unas ganas de alimentarme de su boca humana, me dirigí a la cumbre más alta de un abismo, le besé hasta quedarme sin aliento, cientos de ángeles que con arrebatos de sensualidad deseaban que les quitase las alas, degustar de sus tibios cuellos, la muerte tenía un sentido asesino y era exquisito...
No sé porqué recordó mi nombre, mis manos frías, mis ojos profundos tal vez, mi propio significado.
Mi dulce espantapájaro vivo no lo pudo soportar y por definir simples melancolías, a los pies del arcángel Miguel, el que mide el valor de las almas, le dí de mil besos hasta quedarse dormido, mi alma se desgarró completamente, mi espanto vociferaba gritos, en forma demencial. Entonces comprendí la maldad pura, que apenas deja llantos y sucede a la prolongación del abandono.
¡Muere!, el ángel de la misericordia que un día despertó llorando y quiso revelarse contra dios... Tenía la inventiva, el don de las letras de Aída, fué mi deseo llamar a Raphaela pero el dolor se atravesó en mi saliva, y él dormía en una muerte plácida... No pudo hacer nada con sus súplicas a su Dios y a sus Nueves Santos ... ¡Raphaela! ¡Los laberintos de Alcatena y Mazzitelli están escritos con sangre! ¡pero de enemigos! más tarde supe y llegué a comprender que no sólo ella necesitaba un ángel caído para cumplir su misión sino que Algenib también pendía de un hilo, necesitaba de mi sangre y sólo así le haría inmortal...
Al fin y Cruzando el camino abierto por el denso bosque y a mucho de pensar si le salvaría la vida pués él tendría mi sangre y eso le haría tan poderoso como la Reina de los actos Suicidas, sobrevolé hacía Raphaela una gran sombra negra y alada descendió como un rayo para situarse en sus terrenos, Me incorporé como pude para descubir a un ángel que conocía perfectamente.

-¡Que has hecho Ligeia has matado al escribano!-

Has oído hablar de la moraleja del reptil y el sapo, aún cuando este se arriesgaba a morir se tragó al sapo... y ¿sabes porqué? ESTÁ EN SU NATURALEZA...

-¡A quién quieres engañar Ligeia! necesitas venganza por Ninómade a cambio tu saldo es Algenib, sólo por que el curó mis alas el día que me estrellé en las dunas ocres en el desierto-

¡Raphaela! deudas son deudas él me pertenece, tarde has llegado a la misa de requiem ¡él está dormido!...

-¡Despiértalo! tú tienes el poder eterno, no quiero que muera, quién cuidará de mis laberintos, mis arlequines están errados quieren ser reclutas en el Teatro del Sombras, ¡despiértalo! ¿no ves como los cielos tiemblan al clamor clandestino?-

Sólo porque ví al ángel de rodillas y como Algenib no me era indiferente dejé que Oberón me diera un pequeño corte y le dí de beber de mi sangre, sentía el ardor y el dolor cubrir mis mejillas... ¡suficiente! ¡si le doy una gota más y muero!...

¡Ligeia! gritó Algenib y casi deja caer las puertas del infierno...

-¡Ya te pertenecía desde que me poseíste y ahora más por deberte la vida. No preguntes al oráculo cíclope quién soy... ya te lo diré yo. Mis letras vacían las mentes hostiles y llenan los deseos de belleza, los escribanos poseen esos poderes que tú ya conoces, equivalen a tus cuervos de oficio. Amor, la palabra soñada por los ángeles. Fatal resultaba la palabra amor, aniquila a los que ama, pero les ama... En el fondo todo es amor, la vida es amor. El cautiverio de tu medallón hebreo rebosa amor. Fuera ese aljibe, al diablo con él. Ríe como hiciste cuando te conocí. Tus labios siempre serán coloreados por las ninfas de la misericordia. Tu belleza siempre será mía, tú estás en mí ahora...
Entre razonamientos llegué donde mis pantanos concluían, el cielo desaparecía y habría que atravesar una puerta. No tardó en salir a recibirme un príncipe siniestro...

¿Quién eres y qué has venido a hacer aquí?
-Soy Algenib, no me reconoces,. He venido por Mordad-.
Pasa Algenib, te estaba esperando. Era verdad eso de que ya has dado tus primeras mordidas...

Un tímido y desconfiado agradecimiento concluyó mi encuentro con ese ser que yo misma había creado... ¡Me conocía! ¿Quién le habló sobre morder princesas y dejarlas desnudas? No había tiempo para conjeturas, todos mis sentidos estaban interpuestos hacia un destino, había recuperado mi fuerza, me abrumaba, deseaba sanar cuanto antes mi falta de sangre. A cada paso ejércitos enteros de seres etéreos desfilaban murmurando entre ellos algo sobre mí, ninguno se acercaba pero todos me miraban, sorprendidos, ensimismados, apurados al verme. La oscuridad se iba haciendo más y más potente, la luz decaía hasta el punto de una noche contigua, un encierro desesperado de trabajos forzados que los condenados en el infierno tenían que pagar con su fuerza mientras sus pupilas yacían deshechas por no ver nunca luz alguna. Todo un largo camino visualizando almas castigadas por las sombras, un territorio extensísimo donde reinaba la oscuridad hasta el punto en el que para continuar debía utilizar mi propia altanería profundizando en mi la maldad, para poder llegar hasta uno de los príncipes de las tinieblas tal y como predijo el anciano Percibal. Caminando y caminando con una abrumadora soledad, ya lejos de las almas sin ser, en plena oscuridad me asaltaron tres ángeles ¡blancos! En verdad estaban teñidos ya de un rojizo sangriento ¡estaban devorando a unos humanos ya muertos! Se sorprendieron al ver mi oscuridad ¡No tiene alas! -dijeron asombrándose-. ¡Es un diosa! No... Mi fuerza se hizo extensible. ¿Qué hacen unos ángeles en los infiernos cuando deben permanecer lejos de ellos? Mi saber se saturaba mientras mi violencia crecía y crecía a un paso demasiado grande como para frenarme. Las injusticias deberían ser salvadas con creces con justicia, mi oscuridad creció, creció y les envolvió. Sus gestos expresaban muerte y desesperación, sus movimientos queraron anulados ¡les había paralizado y atravesado con tres haces de luz! Mientras acababan de ahogarse y morir por el efecto del calor en sus vísceras aún tuve tiempo para gritar al vacío para que me escucharan ¡este es el precio de la mentira! Y al poco de allí me sobrevino el deseo del amor de un príncipe... Mis palabras se habían escuchado en todo el territorio, ya no había vuelta atrás, había llegado el momento de culminar de una vez lo que comencé, uno de mis deseos, la muerte del príncipe de los infiernos Mordad. Para ser la única Princesa de estas huestes... De un tamaño enorme, como tres veces el de un humano, se acercó con gran lentitud y con una reverencia me saludó.

-Bienvenida al reino de los muertos, Ligeia. Has podido llegar hasta aquí gracias a la traición, aquella que convive con dioses, ángeles y mortales, aquella que hasta tú has conseguido apreciar. Ahora ya conoces mis reinos, realmente más abajo no hay nada, te habría esperado en mi trono pero sabía que mis huestes ya te temen demasiado y te dejarían pasar. Hay millones de seres ahí detrás de tu oscuridad que te siguen y desean devorarte, pero yo les castigaré por tener miedo. El miedo casi siempre es algo adquirido pero no es su caso porque sus miedos están fundados en el poder, ese poder que tienes tú y que no tienen ellos. Al sentirse inferiores te temen, precisamente lo que te va a ocurrir a ti dentro de poco. Eres fuerte y poderosa pero no sabes controlar tu fuerza, conozco tu historia, ya ha habido alguien que me la ha contado. Y realmente se respira maldad a tu lado. Vuelve por donde viniste has llegado tarde a otro he heredado mis dominios...

Sin saber qué contestar agaché mi cabeza mientras me alejaba dejándome caer a las profundidades por un agujero negro sin fin en medio del camino en espiral que lo bordeaba. Mi oscuridad, las voces de seres comenzaban a hacerse más y más cercanas. ¡No! Me lancé al agujero sin pensar. ¡Había algo que tenía que hacer! ¡Todo tenía su porqué! ¡Mordad! Caí frente a la ya enorme luz que me miraba fíjamente.

¡Algenib!... era Algenib el nuevo príncipe de estos dominios y todo por unos cuantos besos he perdido mi corona...
 
CHOUX PASTRY HEART:
¡Gracias por tus bellas palabras! En esa luz reside nuestro poder. Demos y recibiremos luz ;)

WILL:
Sí que es verdad que a veces necesitemos a alguien para brillar más pero no olvidamos que el brillo lo emitimos nosotros... ¿por qué repito lo que dices? Porque llevas razón. Te leí y te voy a ser sincero como siempre aunque a veces me calle muchas cosas. La frase del día de tu post no me gustó para todo eso, y lo peor de todo es que tenía mucho significado, muchísimo. El amor siempre es cosa de dos, no de uno, y las oportunidades siempre hay que aprovecharlas. Hay quienes no están ni siquiera dispuestos a tener una segunda oportunidad... y por supuesto hay quienes no la merecen. Saca tus conclusiones pero por favor ¡nunca tengas miedo de no volver a sentirte como te sentías antes! Un beso

MARELY:
Muchas gracias Marely por tus palabras, la verdad es que todos damos luz y cuanta más demos más recibiremos. Ufff lágrima por aquí, lágrima por allá... besos

PABLO H.:
Muchas gracias por tu felicitación y tu visita Pablo, encantadísimo de haberte agradado ¡espero verte más por aquí! ;)
 
dar luz, tanta luz, mucha luz, luz que ciega, luz que enceguece, luz que ilumina de tal forma que nubla todo lo demás y sólo permite ver esa intensa luz y no querer dejar de sentir su calor, su fuerza, su luz

Saludos,
Pau y Marco
 
...Y desde las alturas podía contemplar cómo se lideaban batallas sin cesar, por esto, por aquello, siguiendo criterios difíciles de juzgar, excepto para Pércibal, mi leal arlequin en mi sueño... pero... ¡he despertado!
¡Luchas de Gigantes!... Individuales, en grupos o incluso en manadas de lobos esteparios... Los unos mientras se preparaban conscientes los otros...
De vez en cuando descendía y me acercaba a la ventana del escribano, con el fin de llegar al conocimiento que profesa...
Los ritos son necesarios... Mis libros, mis esferas o centros del poder les enfrento y ellos mismos, como si un cruel ángel me hubiera tocado con sus alas, me matan de las formas más inesperadas... La muerte no es el fin de mis hazañas sino el dolor de mis enemigos... ¿O el amor?... Poco importa a estas alturas del lado en que me encuentro ahora, si es a la diestra o siniestra de mi Padre... Tarde o temprano las cosas caen como una manzana ¡Entretanto no vayas donde Ligeia! Podría ser una trampa para tu alma noble... Lo mismo que a sus Príncipes de las Tinieblas Mordad, Segef, Lahatiel, Raziel, Uriel, Ziel... Ayer reyes de las profundidades, hoy sólo niños pequeños...

Pero él no me escuchó...

Comprobarás su fuerza y te sorprenderás que algunos de sus cuervos, demasiados poderosos para ser reales... Verás el Teatro de las Sombras edificado por mis laberintos de piedra. Verás con tus ojos el escaso grado de raciocionio de sus gárgolas al escudriñar los pantanos de la locura... allí se llevan a cabo las ejecuciones más impropias y ocultas de castigo de los ángeles... Verás a Demian por un lado, a Sincler por el otro y a Oberon su polichinela del Teatro del absurdo, queriendo devorar a mi amado Percibal mi arlequin más cuerdo... Tratando de desgustar su cuello haciendo uso de su fuerza desmedida. En sus actos verás el horror y descubrirás que debajo del día también se esconden tempestades disfrazadas para hacerme padecer... Por otro lado y más de continuo Percibal me ha comunicado que le sigues los pasos a Cassiel, le has visto esquivo con un diario entre sus manos, una pequeña bitácora de apuntes donde solo escribe mi nombre y a la vez huye perdiendo el juicio... Vagando por Berlín. Parece que el espíritu del cielo le ha metamorfoseado, su sed de ser humano le llevó a un estado deplorable, el amor no le respaldó a la hora de vencer a lo que él llamaba la realidad. La confusión y el raciocionio conversaron con él mientras lo escuchaba todo...
Y yo también enloquecí al ver que su corazón se desprendía de su tejido, vistiendo el dolor en vez de piel...

-¡No puedes ser mortal, el amor no es para los ángeles! Olvidarás a Raphaela y concluirás tu misión... La soledad y las lágrimas darán paso a la justicia y al recto camino.-
-¡No sean herejes! ¡Le contaré todo a tu Padre! ¡Es pecado! ¡No ves que estás muerta! hablaba la bruja, vistiendose de hada para que nadie le descubriese bajo la calamidad que ella misma había presajiado-...
-Traigo un mensaje de tu señor para el ángel de las lágrimas-....
Le dijo Baruch, maestro del árbol de la vida, mientras le abría el puño y se lo cerraba al dejarle un sobre sellado... Yo observaba Algenib detrás de sus letras bañadas en oro, antes de presagiar el oráculo cíclope su vida eterna... Cassiel tenía la mirada perdida. Se hayaba inmerso en un misterioso estado insalubre, quizás hechizado, desvitalizado, quizás enamorado sin darse cuenta. Sus ganas de vivir eran escasas. Baruch voló y Thagrinus antes de hacerlo soltó su monólogo hacia quien consideraba la justicia y la hacía prevalecer...

-¡Escúchame bien, por favor!. La próxima vez que entres en mis aposentos y bebas de mi confusión ¡Te mataré!. ¿Sabes quién puede ayudarte? ¡yo no!- y sin más prolongación, el abandono se hizo presente en nuestras cabezas...

Tras un largo rato en el que me acerqué más y más hasta la ventana, vi a Algenib en la carroza de Ligeia siendo transportado a los avernos... Poco a poco todo empezaba a encajar y comenzaba a comprender... Me faltaba ver en qué estado se encontraba el Poeta tras su paso por el Teatro de las Sombras y ver como el idiota de Caronte le daba la bienvenida en el mar muerto...
Ojalá no hubiese ido al fatídico encuentro... Escuché a alguien cercano hablar de luces y miradas... Me sumergí en sus dominios... Sabía perfectamente donde encontrarle....
Pero antes de encontrar a Algenib, Ligeia me encontró primero...

¡Que has hecho Ligeia has matado al escribano!

-Has oído hablar de la moraleja del reptil y el sapo, aún cuando este se arriesgaba a morir se tragó al sapo... y ¿sabes porqué? ESTÁ EN SU NATURALEZA-...

¡A quién quieres engañar Ligeia! necesitas venganza por Ninómade a cambio tu saldo es Algenib, sólo por que el curó mis alas el día que me estrellé en las dunas ocres en el desierto.

-¡Raphaela! deudas son deudas él me pertenece, tarde has llegado a la misa de requiem ¡él está dormido!-...

¡Despiértalo! tú tienes el poder eterno, no quiero que muera, quién cuidará de mis laberintos, mis arlequines están errados quieren ser reclutas en el Teatro del Sombras, ¡despiértalo! ¿no ves como los cielos tiemblan al clamor clandestino?-

Sólo porque me vió de rodillas y como Algenib no le era indiferente dejó que Oberón le diera un pequeño corte y le dió de beber de su sangre, sentía el ardor y el dolor cubrir sus mejillas cada vez más pálidas...
-¡Suficiente! ¡si le doy una gota más y muero!-
... Tenía la ventaja de la vigilia nocturna, de que sus noches fueran eternas ¡Y sí! Danzando las hermosas partituras que Beethoven había depositado a sus pies, sabía que reconocería cada nota en sus costosos vestidos de hilos de araña, sabía que danzaba con sus melodías y que el piano de su Padre Muerto tocaría una vez y otra vez aquellas partituras que le desprendían la piel y la hacía contemplar su tumba y sentirse la criatura más apartada de Dios...

...Los ángeles son los seres más perfectos después de Dios... decía un ángel al contemplar las tres tumbas...
 
gracias por tu visita en mi blog,te deje una respuesta ,en uno de tus mensajes..
 
No tengo miedo de volver a sentir como antes, tengo miedo de volverme a dejar llevar y ser traicionada de nuevo, no se si lo podría soportar...

Y niño, no tienes que callar lo que piensas, me gusta tu sinceridad, siempre me ha gustado.

Besos!
 
Todos somos importantes para alguien, en el universo que nos rodea...

Un saludo y gracias por la visita.

Chau
 
¿Quién se negaría a quedarse, si le aseguran que es la luz? Saludos cordiales.
 
todos dan luz, con mayor o menor intensidad, pero con igual importancia..

saludos
 
Estaba al borde del alba cuando alguien grita ¡Sangre de nuevo! yo intentaba asfixiar este sentimiento de ver un ángel boca abajo y así recuperar sus trozos que se habían extinguido, ¡pero ahí estaba! como en mis peores sueños ¡malditamente fría! y me preguntaba si alguna vez fué tan feliz... la muerte le increpaba y yo ardía en mis perfiles... el infierno me recibía con sus brazos abiertos...
El reloj de arena sigue dichoso, las almas erradas exclaman... ¡Ahí va esa de nuevo! Y el diablo es feliz acariciando mi tumba.
Veo a los niños pequeños y ninguno es mío... (me pregunto si alguna vez alguien amó a un ángel en el abismo)... y mi alma se dispara desmenuzando el cuello de un errado transeunte... ya no tengo la piel de entonces después de tantos insultos...
Ayer vino la palabra angustia ¿cómo estás? ¿qué has hecho?... no sabía si contarle que encontramos el cuerpo... mantuve mis dientes apretados, mis cuervos serviles disfrutaban gustosos. Presenté el certificado de su muerte a mi funeraria favorita, los ángeles caídos archivaron los datos, ¡todo está en regla! dijeron.
Tengo hambre de estrategias y soberbias conjuntas... Estoy harta de estar despierta las mejores horas del día...
Tengo mis piernas abiertas hasta el tope, para ver como se vé reflejada mi alma en el piso, los espejos no cuentan, ¡ya saben lo que dicen!... ¡ni cruces, ni espejos!... Me encuentro con la muerte, antigua amiga del ocio y me confirma el acta de defunción bajo siete llaves, yo le arrojo una moneda de barro y ella me arroja una vida de cartón. Salgo corriendo, alguien discute porque alguien no acepta que sea ella. Vuelvo a mi féretro con mi vida de cartón en llamas, el diablo dobla en la esquina y un ángel pide limosma, que sea la última vez que vea sufrir un ángel... Salgo corriendo...
... y mis libros no me complacen, hasta el punto que verlos arder en llamas es mi placer favorito... Las ultratumbas me han elegido su Reina, no hay dolor perpetuo que me lleve la delantera en este sitio, el perímetro es extenso, y mi belleza sigue intacta, tal vez un par de siglos por lo menos...
He escuchado que no fué gran cosa, que apenas dió para ángel caído, que fué una hereje y le han apedreado... Ayer encontraron un cuerpo boca abajo, me niego a aceptar que mis aves le identifiquen, es mejor pensar que andas extraviada, que estas triste, que andas con otro ¡te imaginas! ¡sería catártico!, pero después despierto gritando...
Es mejor pensar que estás por ahí... donde nadie te reconozca, excepto yo o lo que queda de mí...
porque algo de tí era yo finalmente...
A veces algo queda de mí en el aire, un libro, una letra o varias en una palabra...

El diablo me ha ofrecido su cuello...
Ya veremos lo que le doy a cambio...
 
Pasando a dejar un beso a un niño excepcional... agradecimiento de igual manera en mi blog eh? saluditos :)
 
Bueno llegué hasta tí por Ligeia me cautivó sus historias conjuntas, escribes excelente, nos leemos...
 
De eso se trata, así es esto de compartir palabras, uno se acostumbra y hasta se hace dependiente de cada estrella que brilla y brilla de forma distinta, a su manera. Y si una estrella se retira, si sus palabras se apagan, todas las demás sufrimos su ausencia a tal punto que nuestras propias palabras sufren y claman su regreso.
 
Hay gente por los que parece que somos más especiales... De todas maneras, pienso que el valor de uno mismo y su luz, no depende otros.
Besitos!
 
Tengo miedo Poeta por ambos hasta por Ninómade y quise despertar de mi sueño reparador para cuidar tus alas, las estrellas las tengo en mi alcance y parecen brillar en demasía, un beso, puede ser perjudicial a estas alturas ¡no la beses! paralizarían la órbita en el universo y un ángel y un demonio no son compatibles...
Tú eres excepcional todo el mundo piensa eso, no sucumbas a su deseo sin antes pronunciar mi nombre al intemperie y si alguien tienes que besar ojalá sea a mí...
 
La amistad o la pura compañia ayuda a pasar mejor nuestros dias. Quw cunda
 
LADY LIGEIA:

Perdoné la vida del príncipe de los muertos Mordad, la justicia invadió un acto que me sobrecogió por completo. El encuentro llegó a ser el más sincero con un ser terrestre desde que llegué a este planeta. ¡Mordad era consciente de mi poder! Él era el príncipe de los muertos, el más fuerte en su reino y uno de los más fuertes en lid de combate de reyes, quizá el mejor. Con gran respeto admiró mi poder, quedó perplejo al escuchar mi historia y aprendimos juntos con sinceridad qué somos y cuánto merece la vida y la muerte. Me reveló su secreto, los tesoros que se escondían tras aquel cuerpo cargado de trucos, concentraciones, magia y vida, me heredó su reino y gustosamente lo acepté, pues si no lo hubiese hecho le habría tenido que matar. Él fue consciente de su destino. Me juró lealtad eterna y cumplir los deseos que le hice llegar, que no eran otros sino hacer el bien. Erudito, abúlico, parco en nervios, con una tranquilidad pasmosa fui capaz de perdonar la vida a un ser superior al resto, un ser que no merecía morir, un ser que quería haber mejorado. ¿Para qué más muertes? ¿No había habido ya demasiadas entre sus reinos? ¿Por qué no liberarle tomando su palabra de hacer el bien de por siempre? Debía dejar libre a todo su ejército fantasmagórico, ¡fuera cadenas! Y debía aleccionar a los ángeles caídos para no transmitir el mal por la Tierra...
Aquella noche eterna quedó satisfecha de día. Hay quienes saben que la naturaleza terrestre es la más sabia de todas las ideas. Algunos pensaron que se había completado todo un ciclo lunar, pura matemática inexacta, otras pensaron que había un conjuro de por medio, un excelente truco que abría los caminos a un reino: el de los cielos. Aquel día las hijas del cielo me elevaron hacia su estirpe terrestre; los pensamientos eran claros, los ángeles son los seres más perfectos después de Dios... decía un ángel al contemplar las tres tumbas... Lo que desconocía ese ángel es que hay infinitos seres que no forman parte del mundo terrestre, y por supuesto, que son más perfectos que dioses y ángeles. Una de mis reinas lanzó un conjuro de la luna y unas manos de tijera, obtuvo para sí una transformación selénica, desafió el futuro para dibujar una estrepitosa caída en el reino del infierno. Vi ángeles que gemían al dolor y otros que amaban y no sabían qué era ese sentimiento y huían despavoridos... y es mentira eso de que haya dado mis primeras mordidas.

Se oyen unos pasos en tus aposentos hoy y te incorporas de tu gran féretro. Suave, pausada, como la princesa amilanada que eres, aparentando una calma absoluta y vanagloriándote de tu belleza me invitas a quedarme en tu morada. La triste verdad es que te sorprendes de verme, tus gestos en realidad denotan miedo y tu rostro es todo un poema firmado por uno de esos escritores malditos.

-¡Algenib! ¿No estás muerto? Eres el nuevo príncipe de estos dominios y todo por unos cuantos besos, he perdido mi corona...

-No sólo han sido unos cuantos besos, han sido muchos más ¿recuerdas las envidias de los ángeles? Hubo un día que me diste mil de golpe... y sin embargo me intentaste matar..

-¡No! ¡Lo hice para transmitirte mi poder! ¡Y ahora eres mi rey! ¡Juntos seremos los reyes del mundo!

-¡No Ligeia! Te has equivocado de raíz. Todo lo hice para ponerte a prueba. Conocía tus trucos, tus conjuros, tus hechizos, ¡tu fatalidad! Fingí morir para ver qué hacías, me diste a beber tu sangre porque sabes que muerto me echarías de menos, ¡estoy por delante y por encima de ti! ¡Vengo de otro mundo! ¡Querías que tu hermana se arrodillara ante tu poder! ¿Qué querías demostrar? ¿Eh? ¡Habla! ¡No agaches la cabeza! ¡Mírame aunque no te guste lo que te digo! Es lo que te mereces. ¡No hay nada! Sí, eres poderosa, eres maravillosa, preciosa, sempiterna, bella como ninguna otra... pero ¡mala! ¡No eres una princesa buena. ¡Al diablo con Poe! ¿Cómo puedes llamar idiota a aquel que te auguró la exquisitez y belleza extremas de la femineidad? ¿Acaso crees que te mereces tus propiedades? ¡No! Merecerías la muerte pero más que un príncipe de la muerte yo soy un defensor de la vida y del bien, como ya sabes. Además te amo y te necesito ¡yo nunca diría un te quiero y no te amo! Me sobra el razonarte esto último cuando ya me conoces. ¿Cómo de indiferente me ves? ¿Cómo de mortal me ves? No he sido ninguna víctima de las sanguinarias garras de tu teatro de las sombras, allí las pestes hacen el resto tras el banquete, tus arlequines comen y beben a su antojo, la risa se hace enorme a tu paso, tú diriges a tus víctimas, las controlas, las manipulas con tus conjuros y abusas de ellas, las muerdes, las desangras, las dejas al amparo de tus bestias carroñeras de la noche, y después duermes tranquila en uno de tus féretros. Te recuerdo que yo pasé por todo eso, bebí de tu saliva el veneno que haría perecer a cualquier mortal, permití que jugaras conmigo, con mi cuerpo, con mi luz, sucumbí ante tus brazos y tu cuerpo, el calor de tu belleza me enloqueció ¡y sin embargo estoy vivo! ¿Nunca te lo habías preguntado antes para decir que soy un simple mortal? No Ligeia, siento no haber sido tu espantapájaros de por vida, siento no estar en todo momento controlado por ti. Yo he venido a este mundo por varias razones y tengo que completar unos actos para los cuales necesito tu ayuda y me has de ayudar. Una vez te lo pregunté y accediste ¡a cambio de besos! ¡A cambio de amor! ¿Qué es la felicidad? ¿Recuerdas? Esa felicidad no la puedes conseguir a través de ninguno de tus hechizos, ni tampoco siendo una princesa mala...

-Pero yo soy mala...

-La única forma de ser feliz es siendo una princesa buena, y ahora que sabes que soy más poderoso que tú voy a infligirte un pequeño castigo: voy a retirar de tu haber el teatro de las sombras. Va a ser un castigo bueno, reina, ya lo verás, ya te lo devolveré, no sufras. Una vez fue de tu hermana y ella creyéndote su enemiga supo pasar página de ello, tal vez por el enloquecimiento de Cassiel o no, tal vez por el suyo propio al ver los tormentos de la vida. Estuvo a punto de morir ¡y no la ayudaste! Confío en que no se vuelva a repetir. Yo cuido ángeles, sí Ligeia, cuido ángeles, pero ángeles buenos. A los malos les mato. Te contaré las vigilias por el bosque...

...Primero les sigo, nunca consigo saber por qué corren por el bosque de las brumas tras esos cabritillos salvajes. Me pongo en marcha y emprendo el tan ansiado vuelo recorriendo los recovecos de las mentes de un ángel. En su desesperada soledad forcejea con el aire en su carrera por el bosque verde hasta dar con su víctima, enumera un cántico de poder al viento y exhorta a su padre y al ángel de los cuatro vientos para que sople a su favor y así poder llevar a cabo la hazaña más deprisa. Mientras va logrando su objetivo yo me inclino más y más hacia él, hasta que lo derriba y el viento de la noche lo estimula para conceder el sacrificio divino que tanto le vendría a bien para complacer a sus dioses, un ritual agresivo, injusto y pecaminoso, una conducta reprobable como sólo uno de ellos podría haber predicado, mientras desangraba al animal descendí de su cielo y después de digerir su cara de asombro dibujé en su contorno un círculo de fuego que lo atravesó sin llegar a dilucidar el vacío de su mirada. Había tratado de establecer algo que no llevé a cabo, había roto mis propios planes ¡esa no era misión mía!, ahora todo sería más difícil, me impliqué subjetivamente y la oratoria de Maupassant cual culebra endemoniada me hizo desviarme del camino correcto. Probé el vodka de manos del escritor maldito Fedor, me alabó en mis hazañas y denostó a Daniel. Me refugié en el instinto eternamente atractivo de Poe tras descubrir personificado a su numen, me dejé llevar por el influjo de su mirada y sus carnes, poseí su cuerpo y lo tomé por cada noche de bestia angelical hecha desaparecer. Pasé por épocas de pena, de gloria, de impunidad en mis asesinatos que me empujaban a encontrar una solución a mi tensión emocional. ¡Era yo ese asesino en serie! ¡Me has echado de menos! No puede ser que haya un ángel para cada ingrato ¡este planeta esta lleno de ingratos! la muerte acecha, una y otra vez, en uno y otro bando, no sé qué tienen de buenos unos y de malos los otros, el juego está equivocado y las perspectivas son decisivas, la guerra comenzó hace siglos ya y me he propuesto conocer el porqué del inicio y de su continuación. Las almas débiles y febriles pagarán, las fuertes y robustas pagarán, los únicos que no pagarán serán aquellos que hagan el bien bajo un punto de vista ajeno, al fin y al cabo es lo que necesitan todos, un toque de calma y serenidad, de amistad, de locura, de expresión corporal y gesticular, una mano de frescura, dulzura y aguante que les pueda llevar por el recto camino, y alguien a quien respeten por su poder y no por su gloria, fueron días en los que me propuse establecer un nuevo orden sin tanta avaricia ni maldad, días en los que me sentía libre aleccionando y maravillando a unos y a otros, dialogando, otras veces luchando y otras veces cruzando el umbral de lo admisible. Quien dicte sentencia o camino abrirá una puerta en el futuro...

-¡Pero yo nunca hice esas cosas! ¡Mis fiestas, mis lujurias y mis banquetes siempre fueron llevados a cabo con quienes no se merecían otra cosa que morir! ¡En el fondo no somos tan distintos! ¡Tú siempre fuiste un asesino! ¡Me he convertido en la reina de los actos suicidas! En el infierno tengo muy buenos amigos y saben de mi RENACER y les ANIQUILA...

-Calma, y ríe, por qué no, ríe como sueles hacer. Te conocí en este mundo riendo tras mi vasto recorrido por las estepas sobrevolando desde Arica hasta Valparaíso y pasando frente a la inquietante sutileza de tu mirada. Ríe, pues. Vine a darte luz, no a confundirte. ¡No grites Ligeia!

-... ¡Cuando una mujer grita todo el mundo se queda mudo!.. Y los hombres huyen despavoridos a la fuerza de unas alas inquisidoras... Mujer, Demonio o Ángel que importa el color a estas alturas... La fuerza y el color de mis alas te aborrecen y te vencerán Algenib...

-¡No! Nunca digas cosas que no piensas... ¡Estás mintiendo! Detesto a los ángeles mentirosos, a los que no dicen la verdad y ocultan sentimientos, porque a ti te pasan otro tipo de cosas...

-¡Sí! ¡Maldito seas! A mí me pasan cosas contigo. Tengo grabado en mi mente y en mi cuerpo la primera vez que me besaste ¡nunca sentí nada así en mi vida! Ni los relámpagos de la noche, ni las satisfacciones del poder, ni la jauría humana del teatro de lo absurdo, ni un sueño plácido en uno de mis féretros mancillados, ni los actos de las ninfas de la misericordia, ¡nada! La belleza la poseo a cada milésima, hago respirar al mundo la palabra deseo... Miedo me da... fatal resulta la palabra amor, aniquila a los que ama, pero les ama... Nada me ha hecho sentir nunca lo que me has hecho tú.

-Entonces, vuélvelo a sentir...

-¿Dónde has estado todo este tiempo?

-Anduve analizando el comportamiento humano...

-Y ¿por qué vuelves?

-Por ti...

-Es mejor pensar que estás por ahí... donde nadie te reconozca, excepto yo o lo que queda de mí... porque algo de ti era yo finalmente... A veces algo queda de ti en el aire, un libro, una letra o varias en una palabra...
El diablo me ha ofrecido su cuello... Ya veremos lo que le doy a cambio...

-Yo te puedo dar más...

Hay muchas veces que la pasión es loca pero hay veces que no. La pasión que es cuerda es la auténtica madre de la felicidad. La pasión que es loca es la madre de la lujuria. Y la una no es mejor que la otra porque lo más correcto es que ambas vayan parejas. Por amor hemos suspirado. Tú desde las tinieblas, en tu rincón del poder que te otorgan tus siete cuervos y tu inmortalidad venerada por tantos, has visto pasar excelsos congéneres y con gracia les has atraído hasta tus labios rojos, has dejado que caigan en tus redes de encajes negros y les has abierto la puerta del deseo después de que quedaran perplejos por tu belleza al admirarte. Has obtenido el sabor del placer de quienes has querido, has limitado las vidas de quienes más has deseado y has desobedecido las máximas que los designios del destino te concedieron. Tu contrincante Raphaela ha hecho desde siempre lo propio, ha desafiado las normas impuestas por el cielo del día, ha caído por fin tras enamorarse al igual que tú, tras participar en tu teatro de las sombras y tras comprobar la escasa resistencia de sus alas del inti. Y os debéis mucho la una a la otra porque vuestra rivalidad es la esencia de la pureza, de lo que una tiene y la otra pretende llegar a conseguir. Es el mismo cuento, cada una por su lado preconiza a los cuatro vientos lo mismo: habéis coincidido en tener un mismo fin, el mismo ángel. No seréis amigas mas tampoco rivales, eso queda muy vulgar. Ella despertará y conocerá tu mundo a fondo porque llegará a tener tu poder. No participará de tus terroríficas escenas sino para juzgar los actos de tu teatro y ningún bufón ni arlequín se mofará jamás de sus hechos ni de su impecable belleza. Tampoco llegará a ser uno de tus cuervos porque no sería lugar para ella, sin desmerecerlos te diré que ella merece mucho más. Y en tal lugar la pondré para que vuestras altanerías queden a un mismo nivel y vuestra energía fluya, os conjugaré para que el odio desaparezca de raíz. Sus escritores malditos serán los tuyos. Sus memorias formarán parte de las tuyas, si lo deseas. Y además tu mundo continuará de la misma forma, no cambiará. Oberón tocará sus melodías fantasmagóricas con su flauta. Espero que aceptes el reto reina de la pasión y de la noche, sólo por contemplar tu exuberancia en su estado puro miles de humanos darían su vida y los demonios que me encuentro a cada esquina exhalan antes de morir con renqueantes palabras tu hermoso nombre. Incluso los ángeles que continuamente caen a las profundidades del abismo te tienen en mente: puedo leerles el pensamiento y les dejaré llegar hasta ti para que disfrutes de ellos.

... Mientras la besaba la noche se abría y nos arropaba con un manto de nubes. Ahora mi nueva condición me había hecho ganarme el respeto de los ángeles y los muertos. Todo el poder de Mordad me había sido conferido. Una ristra de insignificantes criaturas me seguirían allí donde fuera en este planeta misterioso. Había cumplido pero me faltaba algo, algo que habríamos de dejar para el día siguiente. Ella me leyó los pensamientos.

-¿Qué? ¡El reino de los cielos! ¡No! ¡Algenib! ¡No!

-Sí, Ligeia, sí, el reino de los cielos...
 
RAPHAELA:
No temas, ángel de las mil maravillas. Yo no tengo miedo, ya sucumbí al hechizo amatorio de ella. Su poder es limitado, ni por asomo es comparable al tuyo. Y su belleza igualmente ni por asomo es comparable a la tuya. Estás equivocada al afirmar que un ángel y un demonio no son compatibles, ¿por qué no? En el poco tiempo que llevo en este planeta los he visto más juntos que revueltos... Y en fin, niña de Alcatena, mi corazón se desvive por un ángel. ¿Serás tú quien acepte el beso?

PAULINA Y MARCO:
¡¡Gracias a ambos por dejar una estela de luz por este lugar!!

KOQUIRA:
Gracias por tus palabras. ¡Todos iluminamos!

AINE:
Ok Aine, ando como siempre liado y no paso mucho a visitaros, pero prometo pasarme. Besos!

WILLOW:
Me encanta que te encante no tener miedo. ¡Siempre soy mu sincero! Y a veces demasiao! Besos

ESCORPIONA:
Hello Escorpiona! ¡Hay personas que no tienen a nadie! Pero sí, creo que llevas razón. Besos

ISABEL ROMANA:
La luz es muy importante, sin ella no viviríamos. Ahora, del nivel de intensidad de esa luz dependerá nuestra felicidad. Besos!

METIS:
Estoy de acuerdo contigo, pero es que hay personas que la luz la llevan... ejem, vamos que se le han fundido las bombillas! Besos!

MARELY:
Te devuelvo el beso y tus elogios! Me voy a poner colorao! A ver si te visito más!! Besos

SEPTIMOVICIO:
Muchas gracias septimovicio, Ligeia y yo tenemos un toma y da escribiendo que me gustaría que fuera más continuo, es impresionante leerla y meterte en su mundo y además si sigues sus historias y te entremezclas acabas enamorándote de sus letras. ¡¡Nos leemos!!

FEFO:
Gracias Fefo, preciosas palabras que me animan a seguir escribiendo, ando limitado de tiempo pero se sacará de donde se pueda. Intentaré visitarte!! Un abrazo!

NAJWA:
Siempre seremos más especiales para algunas personas que para otras, ¡tiene que haber de todo! Estuve hace poco en tu tierra! Preciosa!!! Besos

SEOMAN:
Siempre. Yo siempre digo que la amistad es una parte del amor. ¡Gracias!
 
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