27.1.05

Raro

Un día raro. ¿Amargo? No, no si estás ahí. El aire soplaba hiriendo párpados, las manos quedaban inútiles y la máquina se aceleraba irremediablemente en sus funciones de calentar la superficie epitelial. Qué cosas. Siempre hay un exterior y un interior que son radicalmente opuestos. Diferentes como un interior y un exterior. Poco frecuentes. Raros como un exterior y un interior, interior exterior, exterior e interior, y vamos a dejarlo ya. Todos tenemos ese interior y ese exterior. Y todo también lo tiene. No es que sea por nada, es que tiene que ser así, y es así, no vamos a cambiarlo nosotros por ahora. Pero me refiero a ese interior y exterior de una persona. Qué raro. Qué día más raro. No sé si será amargo, y seguramente no lo sea. De hecho no lo es porque siempre estás, siempre das calor a ese exterior y a este interior que se siente raro. ¿Amargo? No. Sólo un poco frío, treinta y siete grados por debajo de lo suyo.

Comments:
Hay cosas raras...
El otro diá se posó un ángel en mi cabeza...
 
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