7.10.07
carpe diem

Al despertar la mañana la hormiga, en su transitar hacia el desayuno, recia como de costumbre y con sus antenas menos descansadas que otros días, sin apercibir el peligro, se encuentra en su camino de frente con la araña, que se detiene hasta que una de las antenas de la hormiga la golpea emergiendo la alerta física en nuestra débil amiga, que, lejos de escuchar el mensaje de huida de dicha alerta, se queda embobada admirando la perfección del ser que tiene delante. Busca tu comida, hormiga, pero nunca vuelvas a bajar la guardia porque cada momento puede ser el último. Sus antenas se entrecruzaron tras escuchar a la araña y dio media vuelta.
Disfruta del momento. De momento.
Disfruta del momento. De momento.